Emergencia climática

Emergencia climática: una mirada más cercana a los riesgos de la transición al cero neto

Pese a existir un consenso mayoritario en el mercado en que crear una economía de cero emisiones netas (cero neto) ha dejado de ser solo una opción para convertirse en algo necesario, la transición hasta llegar a dicha meta puede generar considerable disrupción los próximos cinco a siete años. Es la conclusión a la que llega un nuevo estudio elaborado a solicitud de Pictet Asset Management por Institute of International Finance (IIF)

El estudio, “Climate Crunch: A closer look at the transition risks of net zero” (Emergencia climática: una mirada más cercana a los riesgos de la transición al cero neto), identifica tres riesgos específicos en los que los inversores deben fijarse en el marco de dicha transición

El principal de ellos es la escalada de la deuda pública: los crecientes niveles de endeudamiento de los gobiernos tendrán probablemente un efecto negativo en los perfiles crediticios de muchos países que ya han visto cómo su situación financiera se deterioraba a raíz de la pandemia de COVID-19, según el informe.

Bajo la premisa de que los gobiernos continúen financiando la mitad de todo el gasto necesario para combatir el cambio climático a nivel global, la inversión en transición a cero neto puede por sí sola añadir más de 50 billones de dólares a la deuda gubernamental total para 2030 y más de 215 billones de dólares  para 2050. Equivale a más de una tercera parte del incremento de la deuda pública previsto de aquí a 2050.

El segundo riesgo de transición al que se enfrentan los inversores es la disrupción económica. Los cambios legales tendentes a penalizar a los emisores de carbono –tales como las tasas al carbono y el ajuste fiscal en frontera (o border adjustment tax) de la UE– encarecerán inevitablemente el coste de hacer negocios. Actualmente, los impuestos al carbono se aplican a menos del 25 por ciento de las emisiones de CO2 derivadas de la actividad humana. Extender este porcentaje haría que aumentasen los costes de los insumos en prácticamente cualquier sector.

Si bien las empresas pueden absorber parte de ese gasto de transición, parece inevitable que gran parte se repercuta a las familias en forma de mayores precios por los bienes y servicios que requieren, dice el informe.

Los inversores con objetivos de sostenibilidad deben adoptar un enfoque más pragmático.
— Evgenia Molotova, gestora senior de inversiones de Pictet AM dede la estrategia Positive Change

Esto puede lastar el consumo y, en último término, el crecimiento del PIB. IIF proyecta que, en este escenario, el PIB real en 2030 puede ser entre un 1 y un 4 por ciento menor que el en otras circunstancias.

Un tercer efecto colateral de la transición a cero neto es la inestabilidad en el mercado financiero. Los proyectos de inversión de capital, en particular aquellos controlados en parte por los gobiernos e instituciones dependientes del Estado, son siempre vulnerables a una mala gestión. Cuanto más grandes son las cifras de inversión, mayor el potencial despilfarro y daños. Todo ello hace que aumente considerablemente el margen para una mala asignación del capital —concretada en la aparición de burbujas en algunos activos  y de precios injustificadamente bajos en otros —.

Evgenia Molotova, gestora senior de inversiones de Pictet AM dede la estrategia Positive Change, señala: “Nada de esto resta un ápice de importancia al compromiso mundial con cero neto. Es vital para la prosperidad futura del planeta. Pero la trayectoria hacia la economía cero neta es compleja y está repleta de riesgos. Los inversores afrontan retos significativos —en especial durante las fases iniciales de la transición energética— que pueden causar disrupción de la actividad económica y los mercados financieros. No tener en cuenta estas amenazas puede salir caro.

Los inversores con objetivos de sostenibilidad deben adoptar un enfoque más pragmático. 

De entrada, deben reconocer que la construcción de una economía sostenible requerirá inevitablemente la continua inversión en muchos de los sectores actualmente intensivos en carbono”.

Sonja Gibbs, directora ejecutiva y responsable de finanzas sostenibles de IIF,
afirma: “La ambición del mundo por alcanzar cero neto es vital, pero conllevará un alto coste, con retos y riesgos para el sector financiero.  La transición de éxito a cero neto exigirá un cambio radical en las pautas de producción, consumo, inversión y comercio, correspondiéndole al sector empresarial un papel protagonista en el apoyo de esta transformación. Los inversores pueden convertirse en un actor esencial proactivo con la comprensión de estos riesgos y desafíos y promoviendo y acelerando la transición a un futuro sostenible 

Acerca del Institute of International Finance  

El IIF es una asociación mundial del sector financiero, con más de 400 miembros de 65 países. Su misión es apoyar al sector financiero en la gestión prudente de los riesgos, desarrollar buenas prácticas sectoriales, y abanderar políticas regulatorias, financieras y económicas que favorezcan los intereses generales de sus miembros y fomenten la estabilidad financiera global y un crecimiento económico sostenible. Los miembros de IIF incluyen  bancos comerciales y de inversión, gestoras de activos, compañías aseguradoras, fondos de inversión soberanos, hedge funds, bancos centrales y bancos de desarrollo. Para conocer más detalles sobre IIF, consulte :

www.iif.com

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